Todos eran mis hijos (AllMySons) fue la primera obra dramática publicada por Arthur Miller y se estrenó en enero de 1947 en el CoronetTheatrede Nueva York bajo la dirección de Elia Kazan, siendo galardonada con el American Critics' Award. La acción, que se sitúa inmediatamente después de la segunda guerra mundial, transcurre toda en el patio trasero de la casa de los Keller y en un espacio de tiempo inferior a veinticuatro horas.
Un delito cometido en el pasado y que se intenta ocultar, quedará finalmente al descubierto cuando un cúmulo de circunstancias vayan desvelando sus trágicas consecuencias. Entrando a fondo en el cuadro de una familia americana, Miller muestra el lado más oscuro de ese utópico 'sueño' cuyos pilares -la ambición, la injusticia, la irresponsabilidad social y el desencanto de la juventud- son bien distintos de lo que la eufemística expresión -'sueño americano'- pretende dar a entender.