¿Quién no ha tenido miedo de perderse en un bosque y ser abandonado?
¿Quién no ha imaginado un rastro de piedrecillas blancas para volver a casa? ¿Y un rastro de migas de pan que desaparecen por el apetito de unos pájaros? ¿Quién no ha sentido miedo al pensar en la figura de un malvado ogro?