Programa:
Piezas instrumentales para piano compuestas por Juan Cervera integradas en sus discos #10 y Serendipiano
‘Diario de un Piano’ es una confesión musical y emocional en forma de concierto que gira en torno al proceso creativo, interpretativo, humano y personal que surge cuando un hombre se sienta frente a su piano y compone música para conectarse a la vida; esa vida que hemos cimentado sobre de las prisas, la competitividad y la sobreinformación, en ocasiones tan frenética que sería difícilmente soportable sin el cálido abrazo de la música.
Hablamos de un espectáculo distinto a los tradicionales recitales de piano clásico, tanto en fondo como en forma. En fondo, porque la totalidad del repertorio interpretado está compuesto por Juan Cervera; y en forma, porque Cervera no se limita a interpretar una tras otra las piezas del programa, sino que realiza una breve exposición oral previa donde cuenta al oyente acerca de sus fuentes de inspiración, el proceso creativo y las conexiones entre música y persona, siempre desde la cercanía, la honestidad y el buen humor.
Durante algo más de una hora, el espectador se embarcará en una montaña rusa emocional que recorrerá y contrastará pasajes en ocasiones tan opuestos como la calma y la tempestad, la pausa y la velocidad, la fuerza y la dulzura, el arranque y la
ternura.
La música de Juan Cervera posee una curiosa amalgama de influencias. Como ‘hijo’ del siglo XXI, es innegable el peso que en su obra tienen compositores contemporáneos como Philip Glass, Yann Tiersen, Chilly Gonzales, Ludovico Einaudi, Michael Nyman o Wim Mertens. Pero las composiciones de Cervera son mucho más que minimalismo. Escuchándolas, uno descubre fácilmente los Nocturnos de Chopin o las Gymnopédies de Satie, pero también las arrebatadoras melodías de las bandas sonoras de Morricone o Alberto Iglesias, y es que la música de Cervera tiene un marcado carácter cinematográfico.
Todos estos elementos puramente musicales ya de por sí serían argumento más que suficiente para lograr que el espectador acuda al concierto, pero además ‘Diario de un piano’ cuenta con el enorme valor añadido que aporta el hecho de que sea el propio autor quien, a través de sus pequeñas exposiciones y reflexiones, conecte directamente con el público, derribando esa temida ‘cuarta pared’ y logrando que el oyente se identifique como parte indispensable del concierto, no como un mero asistente.