Son muchos los ejemplos de mujeres que encuentran en el arte una forma de educar, sensibilizar y transformar la sociedad. En busca de una sociedad que merezca la pena ser vivida (Amaia Perez Orozco). Que revitalice lo humano y se defienda de esta sociedad heteropatriarcal. A través de la cultura.
El circo y las demás artes escénicas son en sí mismas una gran oportunidad de cambio. ya que tienen al propio CUERPO como eje de expresión artística. Esa es su principal oportunidad y su posibilidad de lucha y de expresión. El orgullo de poseer este bien tan verdadero y valioso.
Por otra parte el Circo es cercano, democratiza al arte, es subversivo con el sistema, más libre del yugo de la intelectualidad, etc. Pero el circo encierra micro y macro machismos y parte de una realidad denigrante para la mujer.
En la forma de mirar de las y los artistas, del compromiso de las instituciones para facilitar la incorporación de las mujeres al mercado laboral, etc. Podremos contemplar una nueva manera de entender las destrezas y habilidades de nuestras artistas.
Pinito del oro inventó una nueva forma de realizar el trapecio. Asumiendo un riesgo imposible, centrándose en el equilibrio. Rompedora y transgresora. Rápidamente fue tachada de servir al régimen.
No planteamos desde el festival o desde el CAU, que las mujeres adopten los papeles que tradicionalmente ostentaban los hombres. Portores, malabaristas. si no mucho más que todo eso. Planteamos una nueva forma de mirar el arte un nuevo concepto de belleza. Como ya nos planteó Pina Bausch en la danza. Para ello tenemos que buscar la equidad y asumir las grandes limitaciones artísticas de un mundo dominado siempre por los mismos.