2025 será otro año imborrable para Camela, ¡y ya van 30 + 1!
Dioni y Ángeles siguen viviendo un mágico presente, con todos sus conciertos absolutamente abarrotados de los fieles y de las nuevas generaciones que se han sumado a un fenómeno que no conoce precedentes en el pop español.
La agenda del año pasado concluyó aproximándose al centenar de directos con apoteósicas apariciones en los principales medios de comunicación y, además, protagonizando sus primeras incursiones en el mundo publicitario. Las campañas para “Kaiku Caffé Latte” y “Wallapop” han sido dos de los spots virales de mayor éxito en el sector de los últimos meses.
Y siguen llegando los reconocimientos. Ahora, al éxito popular y su consagración profesional, hay que sumar la consecución de la “Gran Cruz del Dos de Mayo” que otorga la Comunidad de Madrid y la ansiada “Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes” concedida por el Ministerio de Cultura. Dos nuevos hitos para Camela, sin duda, el grupo más importante del pop nacional en lo que llevamos de milenio.
Un grupo que se convierte en leyenda cuando el público corea en todos y cada uno de sus conciertos más del noventa por ciento del repertorio, y eso ocurre con Camela, la pareja que ha convertido cada canción en algo más que un himno.
Ángeles y Dioni siguen siendo los del “Escúchame, compréndelo…” (“Sueños inalcanzables”) o el “No me hace caso…” (“Lágrimas de amor”) porque en Camela no cuentan los títulos, importan las historias. Si sumamos “Nunca debí enamorarme”, “Cuando zarpa el amor”, “El calor de mi cuerpo”, “Bella Lucía”, “Has cambiado mi vida” “Ya se acabó el tener dueño” y otro buen puñado de títulos, habremos completado la banda sonora de todo un país.
2025 será el año de alguna que otra sorpresa discográfica, vendrán nuevas canciones que sumar a su larga lista de números uno. Y todo arrancará el próximo 5 de abril en Sevilla, ese será el pistoletazo de salida de otra inolvidable gira que ya cuenta con más de 70 fechas previstas.
Camela no son solo garantía de éxito. Su nombre es sinónimo de compromiso y respeto a los millones de incondicionales que los acompañan desde hace 31 años y, por encima de todo, de entrega máxima a la profesión para la que han nacido. Son mucho más que un acontecimiento social y cultural, Camela son y serán Patrimonio de la Humanidad.